Pib: El tamal más antiguo, revela investigación

Cancún, Q.Roo, México.- La investigadora de la Universidad del Caribe, Mtra. Consepción Escalona Hernández, participa junto con dos investigadoras de la UNAM, en una investigación del Centro de Estudios Mayas y CONACYT, sobre los tamales en las culturas mesoamericanas.


Durante un presentación, la investigadora de la UNAM, Dra. Laura Elena Sotelo Santos, acompañada de la Dra. Cristina Oehmichen, señaló que se calcula que en México y otras partes de Mesoamérica existen más de 3 mil variedades de tamales; alimentos prehispánicos que se cocinaron aún antes que las tortillas.

Señaló que los primeros cultivos de maíz parecen remontarse más allá de 8 mil años y su domesticación pudo haberse generalizado en el área maya 2 mil años a.C. Indicó que existen una 200 variedades de maíz en América, de las cuales 64 se cultivan en México y al menos unas 6 en la península de Yucatán.


Explicaron que investigaciones arqueológicas demuestran que la técnica de cocción con vapor es anterior a la del asado en comal, y una de las más antiguas es la técnica maya del pib, que parece remontarse en el tiempo más allá del 1,500 a. C. “Una tecnología de cocción mucho más antigua (pib), bajo tierra, un tipo de “horno” hecho a base de piedras y leña que resguarda el calor, y que permite la cocción mediante el uso de hojas que hacen las veces de recipientes y que parece remontarse varios milenios”, señala la investigación.

La Dra. Sotelo señaló que los tamales mexicanos se enriquecían con productos de la milpa y con carne de venado o guajolote, además de que se envolvían en hojas de maíz o almendro; mientras que las hojas de plátano se introdujeron por los frailes dominicos, al igual que la manteca de cerdo tuvo orígenes religiosos, con el objetivo de identificar a la población judía que llegó durante la conquista española.

Los tamales en las culturas mesoamericanas


La investigación “Los tamales en las culturas mesoamericanas” señala que la palabra tamal deriva del náhuatl tamalli, y en las lenguas mayas, la palabra correspondiente es waj, término que parece aplicarse tanto a las tortillas como a los tamales. En el caso de la gran tradición maya hay múltiples variedades de tamales, cuya pluralidad denotan diferentes estilos y prácticas culinarias.


Así, por ejemplo, la integración de manteca de cerdo en las recetas de tamales, denota no sólo la posibilidad de contar con cerdos por parte de los indígenas, sino tal vez la experiencia de potencializar los sabores de las preparaciones ancestrales, con la incorporación de grasa animal.


“Evidencias arqueológicas, como el hallazgo de metates y sus manos, dan cuenta indirecta de la molienda del maíz, muy probablemente vinculado con la elaboración de tamales ( y no de tortillas), pues las cerámicas más antiguas del área maya carecen de las huellas negras en su base, producto del contacto con el fuego del fogón: esto parece significar que los tamales mayas de los primeros tiempos se cocían “al vapor”, al introducir una piedra ardiente en la olla de los tamales, a la que agregaban un poco de
agua”, señala la investigación.


Los tamales de hoy, así como las múltiples referencias que se remontan en el tiempo, durante más de dos milenios en toda la geografía maya, parecen corresponder a las representaciones plásticas prehispánicas.
Siglos más tarde, probablemente hacia el Clásico Tardío (600-900 d. C) en diversas vasijas pintadas “tipo códice” se reconocen escenas posiblemente palaciegas, en las que los tamales parecen jugar un papel importante como ofrendas, posiblemente femeninas


Degustación
Al final de la charla, se ofreció una degustación de tamales mayas, elaborados por la cocinera tradicional María Ady Pech Poot, quien cada miércoles los ofrece en el tradicional Tianguis del Mayab de la Universidad del Caribe.

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