Un periodista inicia la tradición en México del Día de la Madre

El primer antecedente histórico sobre la celebración a las madres se remonta a la antigua Grecia, donde se celebraba a Rhea, conocida como ‘la madre de los dioses’. Un antecedente más cercano se da durante el siglo XVII, en Inglaterra, donde se celebraba un día llamado “Domingo de servir a la madre”. Sin embargo, la tradición de festejar de manera oficial a las madres comenzó en Estados Unidos1

 

En 1905, una joven nacida en Virginia Occidental y criada en Filadelfia llamada Anna Jarvis, decidió buscar ayuda para destinar una fecha específica y con ello rendir tributo a su progenitora, luego que esta murió. La joven Jarvis escribió a maestros, religiosos, políticos, abogados y otras personalidades, solicitando apoyo para celebrar a las madres el segundo domingo de mayo, día que correspondía con el aniversario luctuoso de su madre.

 

La joven obtuvo respuesta y para 1910, este día ya era celebrado en casi todos los estados

de la Unión Americana. Por lo anterior, Jarvis propuso al Congreso de su país presentar un

proyecto de ley en favor de la celebración del Día de la Madre en todo el territorio. En 1914, el presidente Woodrow Wilson firmó la petición.

 

En México el origen de la conmemoración del Día de las Madres es poco conocido, sin

embargo, cumple 94 años de ser festejado. La convocatoria inicial para institucionalizar el Día de la Madre en el país fue emitida el 13 de abril de 1922, por el periodista Rafael Alducín Bedoya, fundador del periódico «Excélsior», y fue festejado por primera vez el 10 de mayo de ese mismo año.

 

Para dar a conocer estadísticas sobre la situación sociodemográfica de las madres en México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) integró el presente documento con información acerca de las mujeres con hijos.

 

MUJERES CON HIJOS NACIDOS VIVOS

 

De acuerdo con datos de la Encuesta Intercensal 2015, el número de mujeres de 12 y más

años es de 48.7 millones, y de ellas, 67.4% han tenido al menos un hijo nacido vivo. Según la edad de la mujer, destaca el hecho de que 7.8% de las adolescentes de 12 a 19 años ya son madres, y conforme avanza la edad, este porcentaje aumenta y llega a ser del 91.7% en las mujeres de 50 años y más.

 

Entre las mujeres con hijos, se observa que la mayoría ha tenido dos hijos (26.7%). Obviamente, este porcentaje varía conforme a la edad de la madre: así, en las adolescentes de 12 a 19 años, 85.2% tiene 1 hijo, y en esta situación se encuentran 59.2% de las mujeres de 20 a 24 años. Son las mujeres de 25 a 29 años donde se da una transición, ya que la mayoría tiene 2 hijos (38.1 por ciento), y conforme avanza la edad, la proporción de tener más de dos hijos va aumentando y es una situación predominante después de los 44 años.

 

 

Distribución porcentual de las mujeres de 12 y más años por grupo de edad según condición de tener hijos nacidos vivos 2015.

 

LA MUJER PASÓ DE 7 HIJOS A 2 EN 5 DÉCADAS

 

En 1960 las mujeres tenían en promedio poco más de siete hijos; posterior a esta fecha y

debido a la política de población implementada en esos años, ha habido una disminución

ininterrumpida de la tasa global de fecundidad y actualmente es de 2.21 hijos por mujer en el trienio 2011 a 2013, según datos de la ENADID 2014.

 

Cabe señalar que, a pesar de que las mujeres han reducido su fecundidad, se observa que el número de nacimientos ocurridos en el país mantiene un nivel alto y con pocas variaciones entre un año y otro. A esto se le denomina inercia demográfica y obedece al hecho de que la alta fecundidad acontecida en décadas pasadas originó un gran número de nacimientos que en la actualidad son mujeres en edad reproductiva. En otras palabras, antes había menos mujeres en edad reproductiva pero su descendencia era alta, ahora la descendencia es baja pero el número de mujeres es mayor.

 

De acuerdo con las proyecciones que estima el Consejo Nacional de Población (CONAPO), el promedio anual de nacimientos entre 2000 y 2014 es de 2.3 millones.

 

ANTICONCEPCIÓN, PREFERENCIAS REPRODUCTIVAS Y SEXUALIDAD

 

Existen diversas situaciones que contribuyen a que las mujeres se conviertan en madres.

Algunas de ellas han permitido explicar los cambios en el número y espaciamiento de los hijos; tal es el caso de: el comienzo y frecuencia de la actividad sexual y la unión conyugal; las preferencias reproductivas (deseo o intención por tener hijos, espaciamiento y número ideal de ellos), y el uso de métodos anticonceptivos.

 

Datos de la ENADID 2014 señalan que la edad mediana a la primera relación sexual de las

mujeres de 15 a 49 años es 17.6 años. La exposición continua al coito incrementa la posibilidad de un embarazo. Al respecto, 80.4% de mujeres en edad reproductiva que han tenido relaciones sexuales, 65.1% es sexualmente activa 22 Refiere a las que declararon haber tenido relaciones sexuales en el último mes previo a la entrevista.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El promedio del número ideal de hijos de las mujeres en edad reproductiva es de 2.6 a nivel nacional. En localidades de menos de 15 000 habitantes es de 2.9, mientras que en localidades de 15 000 y más habitantes es de 2.4 hijos. La anticoncepción es el medio principal de los programas de planificación familiar que buscan garantizar el logro del ideal reproductivo de las parejas.

 

Es así que para 2014, siete de cada 10 mujeres unidas y en edad reproductiva usan

un método anticonceptivo. (72.3 por ciento).

 

Un dato más oportuno para identificar problemas de acceso a métodos anticonceptivos es

identificar a las mujeres unidas y en edad reproductiva que desean limitar o espaciar un

embarazo pero no usan algún método anticonceptivo (necesidad insatisfecha de métodos

anticonceptivos). En este sentido, se observa un avance en materia de cobertura a la demanda de anticonceptivos, pues la necesidad insatisfecha de éstos pasó de 12.2 en 1997, a 5.0 en 2014.

 

Si bien es cierto que se han alcanzado logros en materia de planificación familiar, en el

presente los programas encaminados a alcanzar este propósito pretenden atender a grupos que han estado rezagados en el acceso a métodos anticonceptivos, como lo han sido los adolescentes que han presentado altas tasas de natalidad y sin mucho cambio

 

Al respecto, de las mujeres de 15 a 19 años que son sexualmente activas, 19.9% no utiliza método anticonceptivo. La situación del embarazo adolescente es complicada ya que puede representar mayores problemas de salud para la madre y el bebé, además de limitar las posibilidades educativas y laborales en las y los adolescentes5

 

SITUACIÓN CONYUGAL

 

Conforme avanza el curso de vida de la mujer, resulta probable que las separaciones, el

divorcio y la viudez provoquen que muchas de ellas asuman la maternidad sin el apoyo de un cónyuge. Información de la Encuesta Intercensal 2015 señala que 10.1% de las mujeres de 12 años y más con al menos un hijo nacido vivo son viudas, 8.4% son separadas y 2.8% están divorciadas. Destaca el hecho de que 6.5% son solteras, y de las mujeres casadas y unidas, en 3.5% y 4.9% respectivamente, su cónyuge reside en otra vivienda.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Datos de la Encuesta Intercensal, indican que en 2015, hay 31.9 millones de hogares y en

85% de estos, hay al menos una mujer con hijos nacidos vivos. Por medio del parentesco con el jefe del hogar se conocen los roles que desempeñan las personas, y particularmente en las mujeres que han sido madres, se pueden identificar relaciones que constituyen un apoyo inmediato para la crianza de sus hijos. La mayoría de las madres son esposas o compañeras del jefe del hogar (54.6 por ciento), mientras que una de cada cuatro (24.8%) son jefas del hogar y 9.9% son hijas.

 

De las jefas del hogar, la mayoría son separadas, divorciadas, viudas o solteras (69 por ciento); mientras que las madres que son hijas, 7.1% son adolescentes de 12 a 19 años, y de estas, 81.4% no asisten a la escuela.

 

Distribución porcentual de las mujeres de 12 y más años con al menos un hijo nacido vivo según situación conyugal

 

 

 

HABLANTES DE LENGUA INDÍGENA

Se ha demostrado en muchas sociedades, incluso en aquellas que controlan mejor su

fecundidad, que entre más temprana es la edad a la primera unión, mayor es la descendencia final de las mujeres6

La ENADID 2014 indica que la edad promedio a la primera unión de las

mujeres hablantes de lengua indígena en edad fértil (15 a 49 años) es a los 18.7 años, casi

dos años menos respecto a las mujeres que no hablan lengua indígena (20.3 años). Si a este contexto se añade que solo 89.3% de las mujeres hablantes de lengua indígena en edad fértil conoce al menos un método de control natal y menos de la mitad (44.6%) lo usa, entonces se dan las condiciones idóneas para que las pautas reproductivas de esta población deriven en una maternidad temprana y una fecundidad acumulada que resulta ser en todas las edades, mayor al de las mujeres que no hablan lengua indígena.

 

Datos de la ENADID 2014 indican que del total de mujeres en edad fértil, 13% de las mujeres que hablan lengua indígena usaron su primer anticonceptivo cuando no tenían hijos, 26.4% lo usó cuando tenía un hijo y 21.9% cuando tenían dos. Destaca el hecho de que poco más de una quinta parte de estas mujeres (22.9%) usaron su primer método cuando tenían cuatro o Más hijos. Por otro lado, de las mujeres en edad fértil que no hablan lengua indígena, el porcentaje de usuarias de su primer método anticonceptivo aumenta a 31.8% cuando no tenían hijos y a 33.1% cuando tenían uno. En las que tenían cuatro o más hijos, esta proporción disminuyó a 6.4 por ciento.

 

Información de la misma encuesta señala que la demanda insatisfecha de métodos

anticonceptivos en 2014 es de 7.5% en las mujeres hablantes de lengua indígena en edad

fértil sexualmente activas, proporción casi dos veces mayor al observado en las mujeres que no hablan lengua indígena (4.4 por ciento).

 

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