Universidades y deporte; semillero de atletas: escribe @RifkaQueruel

“Adquirir desde jóvenes tales o cuales hábitos no tiene poca importancia: tiene una importancia absoluta”. (Aristóteles)

#QuintanaRoo #Mujeres4T

La máxima casa de estudios — como muchas veces se conoce a los espacios en donde la educación superior se imparte — es semillero de deportistas de alto rendimiento, aquellos que muestran su talento no solo en el área que deciden escoger para su vida educativa y posteriormente profesional, sino para alcanzar metas en su disciplina competitiva.

El deporte es una ciencia compuesta y mediante la ayuda de algunas unidades académicas y sus áreas de estudio se fortalece el avance en dicha disciplina, lo cual podemos traducir en resultados. 

Los centros universitarios que cuentan con los laboratorios pertinentes para la investigación específica de capacidades físicas servirán de gran apoyo si se trabaja en conjunto, a través de implementación pruebas, esquemas y adaptaciones necesarias en las sesiones, planes y especificidades de los deportistas y sus especialidades.

En México, la alianza entre la universidad y los deportes, además de ser investigativa, juega un rol competitivo, pues las máximas casas de estudio cuentan con equipos deportivos, los cuales representan dignamente a sus instituciones y, por supuesto, a las ciudades y estados. Éstos tienen su propia justa nacional (Universiada), cuya importancia es reconocida, debido que muchos de sus atletas son o siguen siendo representantes del estado y suelen ser proyectados a los Juegos Olímpicos.

La pandemia ha convulsionado hasta a las mayores potencias deportivas del mundo, según analistas; Estados Unidos, un país líder en el proceso de crear atletas olímpicos ganadores, podría perder su hegemonía en las próximas justas.

Algunos estudios demuestran que el proceso de selección y formación de atletas corre el riesgo de reducirse a un goteo, en gran parte a causa de la contingencia sanitaria y su impacto financiero, y a que muchas universidades están recortando gastos por medio de la reducción de sus departamentos de atletismo.

Por otro lado, países como China, Rusia y Alemania utilizan diferentes métodos para identificar relativamente pocos talentos deportivos a una edad temprana y enviarlos a academias de formación especializadas. Estos países disputan la hegemonía al gran ganador en los últimos 25 años.

En nuestro país, con un mecanismo de selección de deportistas un poco diferente a los ejemplos arriba mencionados, los universitarios no van a las justas directamente, si no que se adhieren a las federaciones. 

El Economista sostiene que “el 21.5% de los mexicanos en Tokio 2020 fueron estudiantes de nivel superior en Estados Unidos”. ¿Qué se hace allá que podamos replicar aquí? No podemos quedarnos ajenos a las tendencias mundiales, pero el camino es largo y de adaptación. No es causar controversia, siempre se busca ser parte de la solución, ver las políticas deportivas de los otros países y — ¿por qué no? — emularlas mejores prácticas de China, Rusia y  Alemania. En ello, Quintana Roo será sin duda un estado aliado para México. Dicen por ahí: “lo que bien comienza, bien termina”, y este capítulo es el gran principio de muchos éxitos y de logros por el bien de nuestro estado. ¡Sí al deporte! ¡Sí al deporte! ¡Sí al deporte!    

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