La era de los Galácticos o los terricolas, escribe Luciano Núñez

La era de los Galácticos, como se denominó a un ciclo del club de futbol Real Madrid, de España, suele ser usada para ejemplificar fenómenos de diferente índole: negocios, política, y también el valor de equipo y demostrar que la suma de individualidades no es igual a éxito seguro. En una rauda síntesis, el empresario Florentino Pérez inició en el año 2000 su gestión como presidente del club merengue. Su ecuación era tan simple como efectiva: contratar “estrellas” del balompié mundial a cifras astronómicas –para seguir en la vía láctea- para atraer tanto billetes como copas. Entre los “galácticos puros” se suele poner al portugués Luís Figo (2000), el francés Zinedine Zidane (2001), el brasileño Ronaldo (2002) y el inglés David Beckham (2003), que entre los cuatro sumaban la friolera de 200 millones de Euros. Otros suman también a Kaká, Redondo y Roberto Carlos. El arranque fue estelar: llegaron tanto los títulos como los billetes; hasta ahí todo mundo feliz alzando copas y agrandando las cuentas bancarias del club donde Hugo Sánchez supo hacer historia.

Pero las “luminosas estrellas” transitaron una dura racha de derrotas –durante casi tres años- que demostró que la suma de muchos talentos no conlleva al éxito seguro. Así, la primera gestión de Florentino Pérez acabó con la eliminación de la Liga de Campeones en 2006. Sin embargo, su modelo logró revolucionar los negocios del futbol y dejó una huella todavía fresca.

En el plano local, y trasladado a la política, Carlos Joaquín, gobernador electo, tiene frente a sí la oportunidad de formar un buen equipo. Un modelo de equipo diferente para Quintana Roo. El lector-elector podrá hacer sus conjeturas. ¿Qué clase de jugadores quiere ver en el campo de juego?, Galácticos o Terrenales. Por los primeros entendemos que están valuados en sumas que dejan pasmado a cualquier terrícola; de hecho, suele aparecer de repente la discusión sobre las exorbitantes sumas que ganan algunos deportistas de alto rendimiento; por los segundos, los Terrenales, entendemos a los que tienen los pies en la tierra, que saben entender el momento histórico, económico y social que atraviesa Quintana Roo. Fueron los primeros, los que demostraron que la suma de grandes individualidades (a grandes costos) no equivale a un éxito asegurado (como ejemplo: la Naranja Mecánica, de Holanda, nunca logró ganar el título mundial); el cambio, puede un equipo contar con un jugador promedio, pero con ganas de dejar todo en la cancha, con ganas de barrerse hasta alcanzar el valón perdido y hacer que la hinchada palpite, hasta la crispación, ese minuto agónico.

Para no dejar fuera a Maradona esta vez, diríamos que jugó y ganó un mundial al lado de jugadores promedio -salvo dos grandes como Jorge Burruchaga y Jorge Valdano- , a los que inspiraba con su entrega y talento. El que ha pisado el rectángulo verde sabe de lo que hablo.

Quintana Roo seguramente necesita urgente un campeonato después de una mala racha. Un tiempo en el que los jugadores privilegien el verdadero amor por la camiseta que tienen puesta: la de Quintana Roo.

LUCIANO NUÑEZ3

Luciano Núñez

Es técnico y licenciado en Comunicación Social, con postgrado en Opinión Pública por FLACSO y diplomados en La Salle. Trabajó en El Siglo de Tucumán, Argentina; agencia EFE, Luces del Siglo  y Periódico Quequi, donde actualmente es coordinador en el Sur del Estado.

Es fundador y director de Revista Dos Puntos: www.dospuntosrevista.com

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