La resistencia, escribe Luciano Núñez desde “Los Puntos Cardinales”

Resistiendo. En la vida, como en los partidos de futbol, como en la política, como en el amor, se avanza y se retrocede; pero muchas veces se resiste para ganar. La resistencia es una fortaleza que tenemos los quintanarroenses por muchas razones: fue un pueblo que resistió desde su origen el embate de los piratas, atravesó la llamada Guerra de Castas, fue resistiendo los intentos de despojarlo de su territorio y, además, resistió estoicamente todos los huracanes que se han presentado. A pocos meses del paso del devastador huracán Wilma en 2005, vi un hotel prácticamente destruido en la Zona Hotelera de Cancún con una leyenda: “Lo más lindo del mundo no es hacer el mejor hotel, sino hacerlo de nuevo”; decía, si no me equivoco en la referencia. La llegada de la tormenta Earl (que será huracán categoría 1) seguramente revivió en muchos los recuerdos de lo que significa enfrentar una fuerza inmanejable, incuantificable, impredecible de un huracán.

Es quizás el momento de recordar que la sociedad es un tejido y únicamente unidos somos fuertes, lo suficientemente fuertes para resistir. Veo ese destello de candorosa vecindad en muchos de nuestros hermanos capitalinos que atravesaron el terremoto del 85, cuando la sociedad toda salió a buscar a sus familias, a ver cómo estaban los vecinos, a rascar los escombros para buscar vida, una vida que en otra situación parece indiferente. Resistir nos hace fuertes. Nos enseña. Nos educa. Acaso nos conecta a ese ser humano primitivo que simplemente luchaba por sobrevivir un día más.

Resistir no significa estancarse, sino vencer el miedo y enfrentar con coraje lo que está amenazándonos. En Argentina suele hablarse de dos escuelas de futbol, los “Bilardistas” (en referencia a Carlos Salvador Bilardo) que son más especuladores: la idea es convertir un gol y defenderlo, atrincherarse. De ahí muchos aplican el término “Bilardear” a esta estrategia de juego; y por el otro lado, están los “Menotistas” (por César Luis Menotti): un modo ofensivo en el que, si el equipo convierte, debe convertir más para asegurar. Si recibe gol, debe salir no sólo a empatar, sino a ganar. Los dos modelos tienen su copa mundial: 1978 y 1986 con el seleccionado argentino. De modo que puede decirse que no siempre avanzar es ganar. Lo decía Sócrates cuando hablaba de las virtudes que deben tener los jóvenes acerca del dilema de Nicias y Laques. Para Sócrates se puede ser corajudo retrocediendo, resistiendo a los placeres; tolerando el sufrimiento y dolor. Conteniendo las pasiones. No dejándose dominar por el miedo general. Finalmente, decía que es algo enteramente bello. En estas épocas en las que el cielo se ennegrece, en las que todo se parece una tormenta perfecta, podemos empezar a resistir.

LUCIANO NUÑEZ3

Luciano Núñez

Es técnico y licenciado en Comunicación Social, con postgrado en Opinión Pública por FLACSO y diplomados en La Salle Cancún. Trabajó en El Siglo de Tucumán, Argentina; agencia EFE México, Luces del Siglo y Periódico Quequi, donde actualmente es coordinador en el Sur del Estado.

Co-Fundador y director general de Revista Dos Puntos: www.dospuntosrevista.com

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