AMIBAS, el enemigo silencioso que puede provocar diarrea con moco y sangre, explica el Dr. Baquedano

Una de las cosas más angustiantes que pueden vivir los padres es ver que sus hijos tengan evacuaciones diarreicas con la presencia de moco y sangre. Según me refieren en la consulta, es algo que les causa mucho miedo.

A este tipo de diarrea con moco y sangre se le llama disentería, misma que puede ser causada por varios agentes patógenos. La disentería amebiana es la más común de las enfermedades diarreicas con sangre y es causada por un protozoario llamado Entamoeba histolytica, parásito patógeno que puede encontrarse casi en todas las partes del mundo, incluido los polos norte y sur, aunque es más común en las zonas tropicales. Se considera que el 10% de la población ha sufrido este tipo de enfermedad. Sin embargo, la presencia de amibas puede ser asintomática (no dar síntomas), ocasionar pequeñas diarreas o ser tan grave como la disentería previamente descrita.

Existen 3 especies de Entamoeba morfológicamente indistinguibles entre sí: La E. HISTOLYTICA ya descrita, la E. DISPAR la cual se considera inocua y la E. MOSHKOVSKII que tiene una capacidad patogénica (capacidad de causar enfermedad) incierta. Para poder clasificarles mediante pruebas laboratoriales, es necesario realizar técnicas moleculares, costosas y poco accesibles, por lo que la mayoría de los laboratorios al reportar sus resultados, refiere todo como Entamoeba histolytica.

Y aunque la amebiasis es predominantemente intestinal, en algunas ocasiones puede llegar al hígado y causar absceso hepático amebiano. De igual forma existen infecciones fuera del intestino (extraintestinales) como la amebiasis cutánea.

El contagio en el ser humano se da a través del consumo de alimentos y líquidos contaminados por este parásito en su fase quística o bien, de persona a persona.

El quiste de amiba es muy resistente y en las condiciones propicias puede sobrevivir muchos meses en el medio ambiente. La falta de higiene, el hacinamiento, las relaciones homosexuales promiscuas, la disposición inadecuada de excretas (fecalismo al aire libre), el agua no potabilizada, los inmigrantes o viajar a lugares con alto índice de esta enfermedad, el nivel socioeconómico, habitar en regiones suburbanas (cinturones de pobreza), la falta de servicios sanitarios urbanos (drenaje y agua potable), comer en lugares con poca higiene, al aire libre, sin servicios sanitarios, con manejo inadecuado de alimentos (la persona que sirve los alimentos es la encargada de cobrar), también el consumo de bebidas o aguas no pasteurizadas, incluso preparadas con agua no potable o con malas condiciones para su contenido o servicio, son factores adecuados para contagiarse de este protozoario.

Los síntomas que la DISENTERÍA AMEBIANAcausa son:

  • Evacuaciones diarreicas de poca o moderada cantidad, la cual puede ser alternada con estreñimiento.
  • Evacuaciones con moco y sangre. Algunas veces únicamente presentan moco y esto depende del grado de inflamación del intestino.
  • Necesidad de volver a defecar posterior a una evacuación inmediata (tenesmo rectal).
  • Evacuaciones fétidas.
  • Náuseas y vómitos, los cuales pueden estar o no presentes.
  • Dolor tipo cólico que precede a las ganas de defecar.
  • Flatulencia incrementada, misma que suele ser más fétida de lo común.
  • Fiebre o febrícula, aunque este síntoma no está presente en todos los casos.

Con respecto al ABSCESO HEPATICO AMEBIANO, se presenta sin síntomas previos y es más común en hombres que en mujeres. El síntoma inicial es dolor en el hipocondrio derecho (debajo del costillar derecho a nivel de donde se encuentra localizado el hígado), que se irradia hacia la espalda a nivel del pulmón, fiebre intermitente, sudoración y escalofríos, cansancio (astenia y adinamia), pérdida de peso y ocasionalmente ictericia (coloración amarillenta de la piel, de la mucosa la cual es más fácil de identificar por debajo de la lengua y las partes blancas de los ojos llamadas escleras). La complicación más grave de esta patología es que el absceso se rompa, lo que ocasione que su contenido se drene hacia la cavidad abdominal. Como consecuencia de ello, puede causar ruptura de la pleura y esto afectar los pulmones, e incluso al corazón u otros órganos adyacentes.

En una ocasión, un paciente acudió a mi consultorio manifestando angustia porque tenía una lesión en la cabeza del pene (glande), la cual se iba extendiendo y le causaba molestias. Acudió inicialmente a un servicio médico de una farmacia, en donde el médico sin revisarle ni hacerle análisis, le dijo que era un chancro sifilítico y le recetó cinco inyecciones de ceftriaxona, así como diez días de ciprofloxacino oral. Pasado este tiempo, no tuvo mejoría de su condición de salud, sino por el contrario, incrementó la sintomatología. Al cuestionarle acerca de su actividad sexual, el paciente me confirmó que acostumbraba tener relaciones sexuales por vía anal (sexo anal) con mujeres y hombres sin uso de preservativo. Después de revisarle, concluí como diagnóstico que se trataba de una AMEBIASIS CUTANEA por lo que con el tratamiento adecuado el paciente quedó sano. Sin embargo, por sus hábitos sexuales, al paciente le realicé estudios de laboratorio para descartar enfermedades de transmisión sexual, incluyendo una prueba de VIH. Entre las recomendaciones al paciente, se le indicó uso de preservativo para este tipo de actividad sexual, aunque lo más adecuado era evitar su práctica.

En renglones anteriores, describí las relaciones sexuales homosexuales promiscuas como un factor de riesgo para la amebiasis y es que al estar en contacto con el excremento residual del intestino, es como se presenta el contacto durante el coito.

Por todo lo anterior, es inadecuado pensar que no es necesario desparasitarse cada seis meses, en el entendido de que comemos en casa y con todas las medidas de higiene. Sin embargo, cualquiera puede contraer la enfermedad de forma directa o indirecta, por verduras contaminadas (cuando el riego de las mismas es con agua contaminada), por comer o estar en lugares insalubres o por consumir alimentos o bebidas preparadas por personas enfermas (aun sin saberlo) o en condiciones poco higiénicas. Por tal motivo, si no tienes ningún síntoma es recomendable desparasitarse con medicamentos duales que tengan la capacidad de eliminar lombrices y protozoarios. Pero es importante que si ya presentas síntomas, evita jugar al médico consultando por la red qué puedes tomar o peor aún, automedicándote.

Deja tu salud al cuidado de los profesionales.


Dr. Carlos P. Baquedano Villegas
Especialista en Medicina Familiar

Cancún, Q. Roo, México. Julio del 2019

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