Uqroo en 2009 entregó Doctorado Honoris Causa a Carlos Fuentes

De manera discreta, como es él, entró al recinto Javier Gómez Navarrete, hombre sabio y caballeroso como pocos, y, también como pocos, humilde en su verdadera grandeza seminal de no sólo creador y continuador de la cultura maya, sino también defensor y escudero de la defensa de su respeto y su dignidad, refiere la gaceta digital de la Uqroo.

Fuentes dictó su primera cátedra y la materia no es, como parece, el mestizaje,  sino la justicia necesaria; una agenda de temas de urgente atención por parte de los pueblos y los gobiernos: de nuestro pueblo y de sus gobiernos. “Sólo accederemos a una globalidad con derechos a través de una localidad con derechos”. Y reclama: “Más allá de todo (guerras, injusticia, narcotráfico, inseguridad, impunidad, crisis económica…) estamos hablando de hombres, mujeres y niños. Niños y jóvenes que, como dijo el poeta: son los padres del Hombre”.

El reconocido escritor Carlos Fuentes recibió hoy –lunes- el Doctorado Honoris Causa por parte de la Universidad de Quintana Roo, es la primera distinción que otorga esta casa de estudios desde su fundación hace 18 años. El homenajeado habló del reto de buscar un esquema global más equitativo; «para lograrlo, hay que empezar por poner en orden la casa».

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En su mensaje, rememoró la recomendación de Héctor Aguilar Camín, periodista y escritor chetumaleño «empecemos por poner en orden la propia casa, con un estado sólido que ofrezca seguridad y anime una economía estable, difícil tarea, pero urgente también».

«Difícil en un país acosado por la inseguridad, pero urgente para responder con mínimo de seguridad para la oferta laboral, educativa y política, porque la crisis que hoy vive México y el mundo sólo se superará si echamos mano de nuestra vasta fuerza laboral y continuamos esfuerzos muchas veces interrumpidos por la comodidad, la indolencia o la falta de imaginación», señaló.

Ante unos mil 500 estudiantes e invitados que fueron testigos de esta sesión solemne de imposición del Doctorado Honoris Causa que recibió como reconocimiento a la trayectoria, insistió en la necesidad de que en medio de la globalización exista un esquema global equitativo, pero para lograrlo es necesario empezar «por darnos a nosotros mismos la vivienda, la salud, la educación, superemos brechas, creamos en claves de prosperidad, extendamos el crédito, sobre todo en las mujeres que lo emplean para alimentar y educar a sus hijos».

Después de recibir la condecoración y la medalla de manos del rector José Luis Pech Várguez y el gobernador de Quintana Roo, Félix González Canto, respectivamente, los asistentes le obsequiaron un prolongado aplauso.

El escritor mexicano centró su discurso en la globalización que afecta sobre todo al comercio, la información, la tecnología y el movimiento de valores. En medio de la más severa crisis económica de 1929, se logran ver hoy los límites de esas virtudes.

«Los flujos financieros sin control conducen a la ruina y anarquía de los mercados. La información puede revelar, también puede ocultar, la tecnología aún cuando avanza deja atrás importantes formas de trabajo pre-tecnológicas y no suple por si misma la crisis actual de desempleo», afirmó.

En su intervención dijo que como refiere Joaquín Estefanía en el Diario El País, es importante crear una globalidad alternativa que atienda los desafíos del medio ambiente, la ecología, los derechos humanos y la migración laboral.

Pero también señaló que la globalización es un hecho, pero le falta el derecho correspondiente, de ahí que una nueva realidad, en pocas palabras exige una nueva legalidad.

Y la base de la legalidad global es la legalidad local o sea la raíz de la buena gobernanza global es la buena gobernanza local. Esto representa una seria demanda para la ciudadanía sobre todo para la ciudadanía de las localidades base de las globalidades, afirmó.

De ahí que el reto, aseveró, es si queremos una globalización no solo con hechos, sino con derechos, debemos exigirnos a nosotros mismos una localidad que no sea solo sea un hecho, sino que proteja y de oportunidad a los derechos de los ciudadanos. Cómo vamos a exigirles a los demás lo que no somos capaces de darnos a nosotros mismos, libertades democráticas, justicia social y prosperidad económica», subrayó.

Carlos Fuentes, nació en Panamá y creció en diversos países americanos, a causa de la profesión diplomática de su padre. Estudió en Suiza, Estados Unidos y se reinstaló en México en 1944.

Ocupó cargos administrativos y diplomáticos. Vivió en Europa y Norteamérica, dictando cursos o representando a México.

En 1955 fundó la Revista Mexicana de Literatura, junto con Octavio Paz y Emmanuel Carballo. A lo largo de su vida ha obtenido numerosos premios: Biblioteca Breve (Barcelona, 1967), Rómulo Gallegos (Caracas, 1977), Alfonso Reyes (México, 1979), Nacional de Literatura (México, 1984), Premio Miguel de Cervantes (Madrid, 1987), entre muchos otros.

La UQROO se unió al homenaje nacional que México le brinda a Carlos Fuentes, por ser un distinguido e importante escritor vivo mexicano, al cumplirse 50 años de la publicación de la que es considerada su obra seminal, la novela “La región más transparente”, que los críticos literarios ubican como la obra que marcó el ingreso de las letras mexicanas a la modernidad, y el cumpleaños 80 del escritor.

Autor de novelas, ensayos, relatos y cuentos, Fuentes se graduó en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México y en el Instituto Altos Estudios Internacionales de Ginebra.

Amante del idioma en que escribía, llegó a decir que su lucha por conservar el español duró toda su niñez, pues estuvo «a punto de perder su idioma nativo cada 24 horas».

«El idioma quería decir para mí nacionalidad: era un conjunto opresivo de significados sujetos siempre a lucha, a reconquista», apuntó.

La labor del escritor además traspasó a esferas como la política, siendo de 1972 a 1976 embajador de México en Francia y en una de sus primeras acciones, abrió las puertas de la embajada a los refugiados políticos latinoamericanos y a la resistencia española.

En sus obras destaca su compromiso político y social, aspecto sobre el que afirmó: “lo que un escritor puede hacer políticamente – dijo en un ensayo para la revista Tiempo Mexicano, en 1972 – debe hacerlo también como ciudadano. En un país como el nuestro el escritor, el intelectual, no puede ser ajeno a la lucha por la transformación política que, en última instancia, supone también una transformación cultural”.

En 1972 fue elegido miembro de El Colegio Nacional. Aficionado al cine, escribió guiones para películas como: “El gallo de oro” en 1964, “Un alma pura” en 1965, por mencionar algunas.

Fue delegado de México ante organismos internacionales con sede en Ginebra, en el Centro de Información de la ONU en México, en la Dirección de Difusión Cultural de la UNAM y en la Secretaría de Relaciones Exteriores, además de jefe de la Delegación de México en la reunión del grupo de los 19 países en desarrollo participantes en la Conferencia sobre Cooperación Económica.

«Aura», “La región más transparente”, “Zona sagrada”, “Cambio de piel”, “Terra nostra”, “Cristóbal Nonato” y “Los años con Laura Díaz”, son algunas de sus obras.

Falleció este día a los 83 años.

Fuente:

http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/1db22ab7d4f97d7491d79e46dae490e3

http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/416310.dan-honoris-causa-en-quintana-roo-a-carlos-fuentes.html

Gaceta de la Universidad de Quintana Roo.

 

 

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