¿Terminó la pandemia? escribe el Dr. Carlos Baquedano

Después de aquel primero de diciembre de 2019 en que iniciara la pandemia en Wuhan, China, los momentos que vivimos actualmente parecieran indicar que está llegando a su fin, pero desafortunadamente esto no es del todo cierto.

El pensar que esta pesadilla ha terminado nos vuelve vulnerables, pues existe un relajamiento en las medidas preventivas que nos ayudaron a sobrellevar esta enfermedad.

La realidad es que los casos de contagios han disminuido significativamente al igual que los fallecimientos por esta enfermedad. Sin embargo, a cualquiera le puede tocar enfermarse por primera vez de covid19, o bien, de forma subsecuente y en consecuencia, está latente el riesgo a morir.

Vale la pena hacer mención que se cataloga como PANDEMIA a una enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región, EPIDEMIA a una enfermedad que se propaga rápida y activamente con lo que el número de casos aumenta significativamente y la ENDEMIA se define como la aparición constante de una enfermedad en un área geográfica o grupo de población, aunque también puede referirse a una alta prevalencia crónica de una enfermedad en dicha área o grupo. Para ello, deben cumplirse simultáneamente dos criterios: permanencia de la enfermedad en el tiempo y afectación de una región o grupo de población claramente definidos.

Es por lo anterior, que se puede entender que efectivamente la pandemia está despareciendo, aunque la enfermedad sigue vigente de forma endémica, con el riesgo de rebrote en cualquier momento y convertirse así en una epidemia nuevamente.

Durante la epidemia las autoridades de salud notificaban día a día el número de infectados y defunciones, pero ahora al quitarse el semáforo epidemiológico será más difícil conocer dicha información, misma que sólo podremos tener si hacemos una búsqueda de los reportes epidemiológicos al final de cada mes, lo que impedirá saber en tiempo real el comportamiento de la enfermedad.

El no saber es un arma de doble filo, ya que estar desinformado de lo que acontece en tiempo presente respecto a la enfermedad, propicia que las personas olviden que el covid19 aún sigue entre nosotros.

Las autoridades han dispensado el uso de cubrebocas en áreas abiertas o bien ventiladas y recomiendan utilizarlo en lugares cerrados. Sin embargo, hemos podido observar que muchas personas, aún en estos sitios, están sin cubrebocas.

Es común llegar a reuniones, eventos sociales, culturales, deportivos e incluso políticos y ver una gran cantidad de personas que sin respetar la sana distancia y estando en lugares cerrados, no usan cubrebocas. De hecho, los conciertos masivos, los estadios deportivos, están teniendo un aforo bastante numeroso de manera tal que pareciera que ya no existe la enfermedad. Pero debemos recordar que un estornudo tiene la capacidad de expulsar partículas de saliva hasta por 8 metros y si no existe la sana distancia, sin importar que el lugar sea abierto, el riesgo de contagio es alto.

Así mismo, el uso de gel antibacterial y el lavado de manos de forma frecuente es una práctica que está pasando al olvido.

Han aumentado los lugares en donde el gel antibacterial, los tapetes sanitizantes e incluso la toma de temperatura, se han vuelto un formalismo que ya no es utilizado por los usuarios.

Y es que estas medidas fueron las que nos ayudaron a salir delante de esta amenaza a lo largo de 2 años, por eso considero importante que no las dejemos de utilizar de un momento a otro.

El cubrebocas y la higiene de manos, siguen siendo la mejor manera de disminuir el número de contagios y no solo para COVID-19, sino también para enfermedades como la INFLUENZA o la TUBERCULOSIS PULMONAR que en últimas fechas ha tenido un incremento de casos de forma significativa.

Así mismo, las vacunas han demostrado ser una gran herramienta para la prevención de complicaciones y disminución del número de casos.

En la actualidad, en nuestro país se está aplicando la cuarta dosis de vacuna, la cual tiene como requisito haber recibido la tercera vacuna en un tiempo no menor de cuatro meses y no estar enfermo al momento de recibirla.

Varios pacientes me han cuestionado sobre si es correcto ponerse la cuarta dosis, puesto que circula en las redes sociales opiniones en contra o a favor que generan dudas en las personas.

La respuesta que otorgo a quien me pregunta sobre esto es que con las vacunas hemos ido aprendiendo a lo largo de esta pandemia, que han demostrado tener efectividad y que si las autoridades sanitarias indican que se aplique, debemos seguir sus indicaciones y como ejemplo de esto les digo que yo ya me la he aplicado.

De igual manera, ya está cercano el tiempo en que la vacuna se le aplique a los menores de 15 años, por lo que es importante que todos cumplamos los esquemas de vacunación a fin de poder lograr el efecto rebaño que permita a la enfermedad mantenerse de manera endémica y con la menor cantidad de casos complicados.

También debemos recordar lo aprendido en la pandemia: llevar un estilo de vida saludable, con ejercicio, peso adecuado, prevención y control de las enfermedades crónico-degenerativas a fin de prevenir las complicaciones del Covid-19.

Sin ser autocomplaciente, creo que estamos viendo la luz al final del túnel y aunque esta enfermedad no está del todo vencida, considero que la pandemia está a punto de terminar. Pero es necesario no olvidarnos de las medidas preventivas que nos han acompañado a lo largo de estos dos años, como son el lavado de manos, el uso correcto de cubrebocas en lugares cerrados o muy concurridos, la sana distancia y el ser responsables con nuestra salud. En este último punto me refiero a que si estamos enfermos o tenemos la sospecha de estar cursando con Covid-19 o alguna otra enfermedad respiratoria, es necesario acudir al médico, realizarnos pruebas diagnósticas y respetar el aislamiento mínimo de 10 desde el inicio de los síntomas en caso de resultar positivos.

El Covid-19 llegó para quedarse entre nosotros, de tal manera que tenemos que aprender a prevenirlo, combatirlo y no propagarlo.

Dr. Carlos P. Baquedano Villegas
Especialista en Medicina Familiar

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