Cicuta del Caribe: En desacato; Xcaret cumplió

Carlos Águila Arreola
Con lo sucedido el pasado 23 de marzo en el aeropuerto de Andrés Manuel López Obrador, este miércoles —a un año y siete meses de distancia para el 15 de diciembre de 2023, fecha fijada por su misma “alteza pequeñísima”— estamos en posibilidades de afirmar que la obra insignia del presente sexenio será inaugurada en tiempo, aunque no esté terminada.

Irremediablemente, el tabasqueño —ahora apodado “La Paloma”, porque cada que habla y camina la cg— termina dando la razón a los escépticos, y es que de acuerdo con el programa de la propia Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la consolidación del nuevo aeródromo ¡tardaría casi cinco lustros!

La propia autollamada Cuarta Transformación prevé que la consolidación de los servicios del aeropuerto Felipe Ángeles —sigue sin ser internacional— tardará alrededor de 14 años, hasta 2036 debido a los innumerables retrasos en los objetivos, pues no hay garantías en las vías de acceso, ni se han acabado todas las obras… es decir, nada más se inauguró “el cascarón”

De acuerdo con el programa de la empresa que administrará el nuevo complejo aeroportuario, será hasta 2036 cuando la paraestatal consolide la prestación de los servicios aeroportuarios, comerciales y complementarios que tiene presupuestado ofrecer, con lo que se espera que hasta ese año la empresa será eficiente, sustentable y rentable.

Sin embargo, mes y medio después del primer día de operaciones del Felipe Ángeles, los pasajeros continúan experimentando complicaciones en el traslado, confusión con empresas de autotransporte, locales comerciales improvisados y fallas en servicios como sanitarios y en amenidades como las estaciones para cargar aparatos electrónicos y teléfonos celulares.

Otro servicio que es intermitente, de acuerdo con autoridades aeroportuarias y las empresas concesionarias del servicio (AT&T, Movistar y Telcel) por la lejanía de las instalaciones es sitios para recargar la batería de celulares, consumida principalmente por la poca recepción de las compañías telefónicas.

Desacato
En Quintana Roo, López Obrador está en desacato desde hace tres semanas, cuando se otorgó la primera suspensión provisional contra todas las obras en el quinto tramo del Tren Maya. El lunes 18 de abril, a favor de los espeleólogos (“Sélvame el Tren”); el martes 26 la de Greenpeace y el 27 se otorgó la tercera en el mismo tramo a favor de tres habitantes de Solidaridad.

El lunes 2 de mayo, la cuarta suspensión —segunda para el mismo trazo— la otorgó Adrián Fernando Novelo Pérez, juez primero de distrito de Yucatán, cuyo juzgado recibe y conoce de todos los amparos contra el ferrocarril. El tramo ha tenido ajustes en su ruta: correría primero sobre la carretera a Tulum; luego cruzaría Playa del Carmen en un segundo piso, pero al final se confirmó que atravesaría la selva y que se “retirarían” 300 mil árboles.

Especialistas prevén que los amparos —cuatro suspensiones provisionales— detendrán la devastación de selva entre Cancún y Tulum pese al desacato en que incurre Tartufo al ignorarlos y ordenar que continúen las obras; diversos integrantes del movimiento adelantaron a Cicuta del Caribe que ya se han presentado varios trámites más.

Mientras tanto, especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) coincidieron en que, pese a lo que se diga en contrario, “las obras del Tren Maya ya están dañando el hábitat de jaguares, ocelotes, monos araña y muchos otros animales en riesgo de extinción”.

En ese sentido, el ex secretario del Trabajo y Previsión Social (STPS) durante la presidencia de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, Javier Lozano Alarcón, condenó mediante un tuit la “vulgar perorata para justificar sus estupideces y atrocidades ambientales (…)”, refiriéndose a lo autoritario que es el señor López al dejar en claro que lo último que le importa son las leyes mexicanas.

Con los amparos promovidos por distintos actores, entre los que hay activistas, ambientalistas, artistas, cantantes, investigadores, científicos, espeleólogos y buzos y demás, resta por ver hasta dónde va a aguantar el juez primero de distrito de Yucatán, Adrián Fernando Novelo Pérez, la presión que seguramente empezarán a ejercer los emisarios lopezobradoristas.

Se sabe que el juzgador ya ha recibido más de un par de llamadas advirtiéndole sobre rectificar sus decisiones, que seguramente se refieren a las suspensiones provisionales que ha otorgado, sobre las que tendrá que resolver si concede las definitivas el próximo viernes 13 de mayo, aunque podría ser antes porque ese día es el límite para el fallo, a menos que se presenta alguna argucia legaloide.

Tras la segunda suspensión provisional, el tabasqueño minimizó ese y demás dictámenes —durante el catecismo matutino—, y con una sonrisa socarrona y un tono retador sostuvo que el ferrocarril seguiría: “En diciembre del año próximo vamos a inaugurar el Tren Maya, a pesar de los pesares, aunque nos pongan obstáculos; además, somos especialistas en brincar obstáculos”.

Menudencias
Sayda Melina Rodríguez Gómez, secretaria de Desarrollo Sustentable (SDS) de Yucatán exhibió como mentiroso a Andrés Manuel López Obrador al revelar que el Grupo Xcaret í cumplió en su momento con los trámites administrativos, por lo que no hubo inconveniente para que se desarrollara el proyecto Xibalbá, cerrado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), que acató las órdenes de cerrarlo “por impacto ambiental”.

Cientos de mujeres integradas o no en el Frente Nacional contra la Violencia Vicaria (FNVV) se movilizan este 11 de mayo por primera vez por el Día de la Lucha contra ese fenómeno en juzgados familiares de más de 10 entidades, entre éstas Quintana Roo (en Chetumal). El término fue acuñado por la sicóloga clínica y feminista Sonia Vaccaro (Argentina, 2012), quien lo define como «la expresión más cruel de la violencia de género», en la que el agresor —ex esposo o ex pareja– busca dañar a la mujer por medio de sus hijos.

Más de 200 vagones del Tren Maya serán construidos por la firma francesa Alstom —hace años hace los del Metro de la Ciudad de México—, que diseñó el modelo X’Trapolis Tsíimin K’áak, inspirado en la cultura mesoamericana con elementos como el jaguar, los mayas, la naturaleza y la sustentabilidad, y que serán parte de una gama de trenes eléctricos de pasajeros que ya circulan por varios países como Australia, Chile, España, Francia y Sudáfrica.

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