La Cana, proyecto social que sí logra reinserción de ex reclusas

Carlos Águila Arreola
Cancún, viernes 25 de marzo del 2022.- En México, más de 83 por ciento de mujeres en situación de cárcel son madres, y se estima que una de cada cuatro personas que salen de prisión reincide y más de 50 por ciento lo hace en sus primeros dos años de libertad; sin embargo, La Cana busca crear oportunidades para las reclusas.

Es un proyecto social cuyo nombre es un lunfardismo —jerga que se origina en Sudamérica y tiene doble significado: policía y cárcel, con un derivado: el verbo encanar (encarcelar)— y que tiene como objetivo el apoyo laboral en prisión y la reinserción real a la sociedad a las mujeres excarceladas.

Invitada al conversatorio “Juntas invencibles”, Mercedes Becker Pérez, cofundadora de “La Cana, proyecto de reinserción social asociación civil”, señaló que estar en la cárcel es una de las experiencias más difíciles para cualquier persona, “especialmente si eres mujer y radicas en México”.

Por esa razón nace La Cana, “un proyecto para apoyarlas de manera integral porque enfrentan no solo el prejuicio, sino el abandono, la pobreza y lidia con la crianza de sus hijos en condiciones insalubres”, relató la activista.

En el evento, organizado por la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias (Amexme) Cancún, recordó que La Cana tiene siete años yendo hasta cuatro veces a reclusorios del Estado y la Ciudad de México.
“Mi conclusión es que la mayoría de mujeres privadas de la libertad vienen de familias donde fueron lastimadas, donde a lo mejor no hubo educación ni cariño, pero sí violencia física, sexual y sicológica.

“Es muy fácil como sociedad decir fuiste tú, pero tenemos una responsabilidad: voltear a ver lo que está pasando en el país con nuestros niños, y saber que si hoy no tiene apoyo y protección, va a ser probablemente una persona que delinque… entonces, sí somos responsables”, sostuvo la emprendedora.

Añadió que buscan dar trabajo a mujeres en situación de cárcel porque allí todo tiene costo: “Más de 83 por ciento de presas son mamás y no solo solventan sus gastos, a veces son el sustento para sus familiares (…) tratamos de dales un empleo digno y enseñarlas a trabajar lejos de la delincuencia”, Y una vez que salen se les da seguimiento; es donde viene lo más complicado porque son marginadas y pueden volver a delinquir: “Tenemos convenios con escuelas para que ellas y sus hijos terminen sus estudios, y las canalizamos a empleos formales para cumplir realmente el ciclo de la reinserción social”, concluyó Mercedes Becker

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