Vuelta a la página, escribe Julio César Silva desde el Palco

 

“¡Quien la hace la paga!”, advirtió el gobernador Carlos Joaquín González en el discurso con el que asumió el cargo hace un año.
Aclaró que no llegaba con sed de venganza, que sólo buscaría que se hiciera justicia.
Sin embargo, varios de los nuevos funcionarios que llegaron con él al gobierno, desde secretarios de gabinete hasta niveles bajos, lo hicieron cargados de un rencor, muchas veces cuestionable a la vista de los beneficios que recibieron del sistema político en el pasado, sin importar su filiación política.
Y se dedicaron a perpetrar venganzas personales, a ser más papistas que el papa y con ello a contaminar la gestión de Carlos Joaquín que llegó con la intención firme de restablecer la vida institucional del estado en todos los sentidos.
Pero las venganzas particulares de un secretario por allí, las de un director por allá, de un jefe de departamento por acá y de los enfrentamientos soterrados entre los diversos grupos que hay en el gabinete estatal, le complican las cosas al Gobernador.
Por eso era necesario, es urgente poner un alto a esas llamaradas antes de que se conviertan en un fuego incontrolable que consuma al propio gobierno.
De allí la importancia del discurso que dirigió Carlos Joaquín el domingo pasado en el marco del aniversario 43 de la creación del estado de Quintana Roo, en el que con claridad planteó el fin de los pleitos, de las diferencias y la necesidad de una reconciliación.
Aunque desde casa le quisieron robar el protagonismo con un “tuitazo”, Carlos Joaquín planteó en su discurso las ideas que obligadamente deben lanzar los líderes que están más allá de los sentimientos personales, que se sustraen de cualquier ánimo personal para actuar con sentido de estadista, porque es de la única forma en la que pueden aterrizar sus proyectos, en este caso uno para restablecer la vida institucional del estado.
“Hay que acabar con el enfrentamiento que nos ha estancado y dar paso a una cultura del diálogo, de comprensión, de trabajo y la legalidad. Nosotros estamos en este camino y debemos fortalecer nuestra actitud”, enfatizó Carlos Joaquín.
Reprobó las situaciones mezquinas, mal intencionadas que solo revelan rumores.
“Hay que hablar con la verdad, porque en la construcción de un nuevo estado la situación requiere del aporte de todos, de ahí que se convoque a participar para que todos colaboren, junto al gobierno, con el cambio. Aunque el camino es difícil, hay que tomar las decisiones y las medidas que convengan a los gobernados”, destacó.
Por ello llamó a un cambio de mentalidad de todos los actores y sectores, porque a decir del gobernador lo que complica el desarrollo son “nuestras propias limitaciones”.
“De ahí que se necesite gobernar con firmeza y decisión, hay que acabar con el enfrentamiento y dar paso a una cultura del diálogo, de trabajo y de legalidad”, enfatizó
Lo que planteó fue darle vuelta a la página, dejar que la justicia haga su trabajo y dejar de lado las venganzas personales.

PLATEA
Los éxitos que ha logrado Julián Ricalde Magaña a lo largo de su carrera política no se pueden entender sin la participación de dos personajes: Félix González Canto y Gregorio Sánchez Martínez.
El primero lo dotó de “flotis” para que no se hundiera cuando fue marginado en el PRD y lo ayudó a recuperar espacios dentro de su partido. “Greg” le dio pista para que corriera y sin la oposición de González Canto ganara la presidencia municipal.
Hoy no tiene relación con los dos y “Greg” Sánchez no lo deja de considerar un traidor.

 

 


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