Pablo Grajales escribe Entre las Butacas y los Bleachers @Pablo_dude

A diferencia de los toros que se encaminan al matadero, los serpentineros bengalíes que conforman el bullpen se han desempeñado como auténticos matadores en 2016.

Cierto es que el equilibro mostrado por el club tras los primeros 18 desafíos de la campaña ha sido asombroso: terceros en bateo colectivo (.307), líderes en home runs (24), sublíderes en carreras anotadas (113), terceros en efectividad (3.31) y carreras toleradas (67) y primeros en cuanto al menor número de bambinazos permitidos (8).

Para rematar la idea, Tigres tiene el mejor diferencial de carreras, es decir, las anotadas menos las recibidas, de toda la LMB con un grueso +46 que supera ampliamente a Monclova (+35) y a Monterrey (+23). El resto se ubican, de mayor a menor, de la siguiente manera: Reynosa (+17), Aguascalientes (+12), Laguna (+11), Tijuana (+8) –hasta aquí todos equipos de Zona Norte a excepción del mejor exponente, Tigres- Yucatán (+1), Puebla (-3), Campeche y el México (-7), Veracruz (-11), Saltillo (-15), Tabasco (-33), Oaxaca (-36) y Ciudad del Carmen (-41).

Pero el objetivo bajo análisis es destacar la labor que los pitchers de relevo han demostrado, permitiendo a los felinos ganar 11 de sus primeros 18 desafíos. Vaya, incluso el bullpen ha prestado tres brazos a la rotación: Jesús Castillo Ripalda y los debutantes Juan Macías y Fernando Miranda, quienes han cumplido con creces la asignatura.

Por ahora, el cuerpo de relevistas bengalíes presume marca de 5 ganados y uno perdido con 2.93 de efectividad. El año pasado, que redituó a la franquicia su corona número 12, el bullpen compiló un pedestre 4.23 de carreras limpias admitidas a pesar de comandar el circuito en salvamentos (33) y con el menor número de carreras concedidas (193). Hoy, la agrupación encargada de respaldar a los abridores luce impenetrable. Apenas el 28.3 por ciento del carreraje permitido en la temporada ha llegado en el último tercio de los juegos.

La cofradía incluye gente con distintos niveles de experiencia y bifurcados caminos recorridos en sus trayectorias. Brazos comprobados como el de Adrián Ramírez, con inmaculada efectividad en ocho entradas sobre siete apariciones; el transformado Raúl Barrón quien vuelve al equipo que lo convirtió en lanzador y acumula ya tres créditos favorables; el estadounidense Josh Judy que solamente ha concedido una carrera, el cuadrangular walk-off de Nyjer Morgan en Puebla; el taponero dominicano Esmailin Caridad, elite en Liga Mexicana del Pacífico y en revancha personal con los Tigres, a quien apenas rasguñan con dos hits en seis capítulos en blanco; el único siniestro, Matías Carrillo, a quien no le pesó en absoluto quedar con encargo completo luego de la salida de Arturo Barradas hacia el glorioso Águila; un Ulises López que pasó de ser el as de la rotación en la Universidad del Centro de Oklahoma a la independiente Liga de la Frontera, a los Yaquis de Obregón y al campeón veraniego como el pitcher de poder que hacía falta, con siete ponches en igual número de innings; el dominicano Daniel Sánchez, ahora de doble nacionalidad, que llegó a México con Petroleros de Minatitlán y saltó de la Liga Meridana a los Tigres (2.38 de efectividad en 11.1 entradas que lideran al relevo felino); y hasta el novato Alberto Leyva quien sobre seis apariciones aún no es vulnerado por las artillerías LMB. Y cuando Francisco Cambustón se recupere de una molestia, el relevo solamente se fortalecerá.

Años atrás, la decisión de renovar los brazos en el bullpen parecía una apuesta incierta; hoy, con una mezcla de edades, nacionalidades y cualidades, Tigres tiene la solidez y hermetismo necesarios para encauzar los duelos hacia su columna de victorias.

abel sanchez tigres

PEPPER GAME

 

El meteórico inicio de la artillería felina en 2016 incluyó el record de carreras anotadas por los Tigres en su era quintanarroense. Los Tigres timbraron 21 carreras el 27 de marzo de 2008 en noche de dos home runs y seis remolques para Iker Franco en Cancún; también registraron 21 anotaciones el 13 de mayo de 2014 en Oaxaca en la terrorífica noche de una marca que el Quién es Quién, infortunadamente, aún no reconoce: las 18 escalofriantes bases por bolas que el pitcheo de Guerreros concedió a los Tigres. Pero el miércoles 6 de abril del año en curso, en Puebla, los felinos peninsulares cruzaron 22 veces el pentágono con cuatro imparables de Jerry Owens y noche de tres hits, un cuadrangular y cuatro carreras impulsadas tanto de Esteban Quiroz como de Alex Liddi … La cifra más alta previamente verificada por los reyes del zarpazo se dio, curiosamente, un 13 de mayo pero de 2006 al vapulear 24-3 a los Olmecas en el parque Hermanos Serdán, tarde que vio a Jorge Vázquez convertirse en el quinto pelotero de la historia en conectar cuatro vuelacercas en un solo juego … Los bengalíes no habían conectado un solo triple en todo 2016 cuando, como Jayson Stark ironizaría en sus brillantes columnas, obviamente llegaron dos hits de tres colchonetas en un espacio de tres bateadores, cortesía de Owens y Jorge Cantú, y vendría un tercer triple tres entradas más tarde con el conectado por Eugenio Vélez. De nuevo, recalcando el irónico obviamente, los Tigres no han vuelto a conectar triple alguno desde aquellos tres que llegaron en un lapso comprendido entre 18 bateadores.

 

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