Falló la Semar; 2022 es año atípico de sargazo: Amaro

Carlos Águila Arreola
Cancún.- El mes de abril inició con un agresivo arribo de sargazo: 44 playas, prácticamente de Puerto Morelos a Mahahual, lucieron atestadas de la macroalga; Playa del Carmen, Tulum, Xcacel-Xcacelito y las del poblado del municipio de Othón Pompeyo Blanco son las más afectadas.


De acuerdo al mapa y semáforo de la Red de Monitoreo del Sargazo, el viernes 1 de abril un total de 44 playas del Caribe mexicano fueron afectadas por el recale “excesivo” de la macroalga, mientras que con “abundante” ninguna, 13 con “moderado”, 19 con “muy bajo” y cuatro “sin arribo” de talofita.


Las playas de Cancún están en semáforo “muy bajo” y “moderado” en cuando a recale de ova, que con este verano será ya una década que algas pardas ha impactado de manera agresiva al Caribe; si bien en el estado de Quintana Roo la presencia del vegetal marino se acentuó a partir de 2015.


El hidrobiólogo Esteban Jesús Amaro Mauricio, director de la Red de Monitoreo, señaló que “la red monitorea —con imágenes satelitales— cómo viene el alga desde África, pasando por el océano Atlántico medio, el Arco de las Antillas e ingresa al mar Caribe hasta la península de Yucatán.


Recordó que el sargazo siempre ha existido, pero antes era imperceptible porque su poca presencia no causaba ningún estrago en las playas, pero hace casi 10 años todo cambió: empezó a recalar de manera modesta y se ha ido incrementando con el paso del tiempo.


El hidrobiólogo por la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa (UAM-I) puntualizó que “hay picos cada tres años: 2011, el primer arribo masivo; 2014 siguió llegando; 2017 hubo, pero en 2018 se registró una cantidad récord; 2021 igualó a 2018, y ahora un 2022 atípico que rompió eso lapsos de tres años”.


Esteban Amaro reiteró que este año habrá bastante presencia de la macroalga en las próximas semanas, y sostuvo la necesidad de replantear estrategias para su atención, enfocadas en redireccionar mar adentro, tratar de contenerlo “lo más adentro posible” al ser demasiado.


Incluso, consideró que las barreras que se emplean resultan insuficientes y deben ser empleadas al mismo tiempo que las sargaceras para recoger de inmediato lo acumulado; de lo contrario, la macroalga pasa por arriba o abajo.


“De nada sirven las barreras sin sargaceras o al contrario”, señaló, tras añadir que se necesitan otro tipo, más robustas, de mayor capacidad, que aguanten condiciones climáticas de todo tipo y sean fáciles de maniobrar.

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