El efecto Morena en la elección del Edomex y los candidatos en Quintana Roo, escribe Luciano Núñez desde Pok Ta Pok

¿POR QUÉ ES TAN IMPORANTE PARA EL RESTO DEL PAÍS LA ELECCIÓN DE MAÑANA EN EL ESTADO DE MÉXICO?
Existe una gran expectativa por la elección de mañana en el Estado de México entre la clase política. Es fundamental entender por qué. Primero: porque representa el mayor número de votos en el país, con más de 11 millones de electores; y cuenta con el presupuesto más grande: 260 mil millones de pesos, los cuales, comparados con los 26 mil millones de Quintana Roo, marcan la diferencia del coloso que es el Estado de México frente a cualquier otro estado, incluso, la Ciudad de México con siete millones de votantes.
No es para menos mirar a la elección como un parámetro de lo que podrá ocurrir en el país en próximo año, cuando se elige al nuevo presidente de México, porque quien gane esa primera posición estratégica, es prácticamente ganar la guerra. Sería mirar desde la colina cómo avanza el enemigo y sólo esperar la victoria.
Es decir, será contar con el mayor caudal de votos y de financiamiento, dos elementos fundamentales para ganar la presidencia de la República, algo que, por ejemplo, nunca ha tenido la izquierda del país, que jamás ha llegado al poder presidencial por la vía democrática.

Los candidatos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alfredo del Mazo, y de Morena, Delfina Gómez, se pelean voto a voto el gobierno del Estado de México, de acuerdo con los resultados de las últimas encuestas publicadas están a pocos puntos de diferencia.
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¿Qué pasa en Quintana Roo?
El pasado proceso electoral fue un hecho histórico para Quintana Roo, que por primera vez logró la alternancia política, al pasar del PRI al PAN-PRD. Ahora bien, MORENA se ubicó como tercera fuerza al haber logrado, aún con candidatos prácticamente desconocidos en sus segundas líneas, un caudal importante de votos. Ahora bien: qué pasará si Andrés Manuel López Obrador logra alzar la bandera de la victoria en el Estado de México: sencillamente el efecto dominó sería lógico. El ánimo del país sería otro y los escenarios cambiarían para las proyecciones políticas. ¿Por qué?
Muchos grupos del PRI han señalado los errores del partido y han amenazado con lanzarse a los brazos de MORENA, incluso, varios de ellos han mantenido reuniones con los líderes de izquierda. Es así como, de ganar MORENA en el Estado de México, reforzaría esta tendencia porque, ¿quién se quedaría en un partido que acaba de perder su bastión más sólido?
En cambio, de ganar el PRI –de acuerdo a las últimas encuestas había un empate técnico- los actores locales pensarían dos veces antes de dar el giro de 180 grados. Todos esperan esta elección para tomar decisiones, porque las alianzas siempre tienden a apostarle al ganador. Teniendo el control de la posición política más sólida, operar en el resto del país es sólo jugar con las piezas menores. Un López Obrador siempre triunfante en Quintana Roo, podría generar la suficiente sinergia para alcanzar mayores posiciones en municipios y los Congresos de varios estados. ¿Te vas del partido?, se le consultó a priístas descontentos. “Después del domingo te respondo”, fue lo contestaron varios.
Última jugada
A horas de las elecciones, el PRI ha decidido jugar su carta mejor guardada hasta ahora: la inminente detención de Roberto Borge, ex gobernador, como un golpe de efecto para generar confianza en el electorado que pidió castigo para los malos gobernantes. Pero el efecto también podría ser un arma de doble filo: sería también recordarle al electorado qué partido permitió a esa clase de Juniors que usaron al estado como una empresa para beneficio propio.
La elección más importante por sus implicancias y alcances políticos: PRI o MORENA, está a unas horas.

 

 

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