Patadas bajas y jalones de camiseta en el primer debate rumbo a la presidencial, escribe Luciano Núñez desde Pok Ta Pok

 

Por Luciano Núñez
Faltan pocos minutos para el final del partido. El DT manda a cargar todo contra el delantero que tiene más goles en su haber: AMLO. Al Tío Dardo no le gustan los debates: le gustan los buenos partidos donde se juega con la pelota al ras de piso, donde hay “jogo bonito” y es algo que ha repetido tantas veces que hasta cansa. El debate de anoche entre los presidenciables pareció un partido destinado a la rudeza y no la inteligencia; a las descalificaciones y hasta las payasadas del Bronco, desenmascarado como jugador rudimentario y bruto.

Oportunidad desperdiciada

Era anoche una gran oportunidad para demostrar que hay proyectos, que hay ideas innovadoras, que hay ganas, pero no; prefirieron los que van debajo en la tabla de posiciones, jalar la camiseta para evitar la misma jugara de AMLO, que mostró eso: más de lo mismo, pero que al parecer será más que suficiente para seguir primero en todas las encuestas.

Dos jugadores para el olvido

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Meme dedicado a la «propuesta» del Bronco: cortar la mano a ladrones.

Descartando desde ya las participaciones de Margarita Zavala: con propuestas sin argumento político y por demás obvias: “Estoy a favor de los valores”, “Te voy a defender de Trump”, decía; en todo momento defendiendo las erradas políticas de su esposo ex presidente; y las de Jaime Rodríguez, El Bronco, más enfocado en fuegos de artificios y mostrar mañas de equipo de tercera división, como la propuesta tomada del Código de Hammurabi de la Antigua Mesopotamia: “mochar las manos a los ladrones”, con la que terminó de definirnos quién es, cómo piensa y vaya a saber cómo actúa este político que se presentaba como independiente.

Ese comentario aclarado dos veces ante la incredulidad de la periodista, fue como una patada alevosa desde atrás a la civilización, a la cultura, a las leyes y a los derechos humanos que supimos conseguir. Todo en una tremenda patada broncuda.

Tres en la línea de ataque

Las participaciones que valen la pena analizar son las de AMLO, MEADE y ANAYA. Para el Tío Dardo, con todos sus desaciertos, el mejor jugador ha sido, sin dudas, Ricardo Anaya; sin embargo, no le alcanzó para detener a AMLO que ya está a niveles insospechados de supremacía numérica. El joven panista se vio como el más lúcido, rápido e incisivo, sumamente preparado; pero en algunos tramos, demasiado sobrado en sus gestos de “miren qué bonita jugada hice”.

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Le metió dos buenos túneles a Meade, con la imagen de Duarte y el pastel: “Cuántas rebanadas te tocaron”, le deslizó. A AMLO le reprochó que antes denunciara a Romo en el Fobaproa y ahora lo pone en el eje de su gobierno. Pero se enfocó en repartir demasiado y no aprovechar la plataforma para mostrar propuestas.

Meade, sin dudas, fue el jugador más lento, desabrido y apagado del partido. Fiel a su esencia tecnócrata, perdió tiempo en explicar justamente eso, tecnicismos y no pudo sacarse el estigma de la camiseta priísta tan enlodada, acaso su más pesada loza. El Tío Dardo lo ve como un buen hombre que estuvo demasiado rodeado de corrupción que ahora intenta salir inmaculado a hacer jugadas que su partido no supo hacer en seis años.

Más de lo mismo, pero es lo que hay

AMLO no contestó preguntas, se quedó tieso ante algunas inquisiciones, pero siempre fiel a las máximas que ha pregonado con temple de monje desde hace tantos años. “No puede haber gobierno rico con pueblo pobre…que va a vender avión….etc.”.

Este jugador ya tiene muchos partidos encima y no se inmutó demasiado ante el ataque. “Lo que el viento a Juárez”, se habrá dicho por dentro. Llevó tres cartoncitos impresos y volvió a decir que va primero en las encuestas. Más de lo mismo. No asistimos a nada nuevo y no pudo o no supo aclarar de qué se trata la amnistía que lanzó como propuesta para revertir la violencia extrema que azota al país. “No se puede apagar el fuego con el fuego”, argumentó. “El mal se enfrenta con el bien”, agregó. No sabemos si eso funcionará, pero sí sabemos que es algo diferente a lo que han planteado los dos gobiernos anteriores.

Estilo de juego rudo

Era una oportunidad de oro. Los caminos eran dos: jugar para ganar metiendo todo lo mejor, o, salir a pegar para que el otro no llegue a la portería. Obviamente, la elección del DT general fue salir a pegar, cuando está comprobado, tanto en el fútbol como en el boxeo, que a la gente se pone siempre del lado del que es atacado en banda. “Me echaron montón”, describió el propio atacado.

Ese sentimiento humano siempre –o debería serlo- nos hace proteger al débil, o, más claro: nos gusta simplemente dar la vuelta los partidos. En ese sentido, el claro ganador fue AMLO que, para el Tío Dardo, se volvió a meter a la tribuna en el bolsillo del pantalón. Sólo tuvo que repetir sus frases y su juego, o quedarse parado donde estaba, donde siempre ha estado y acaso sea su mayor valor.

El claro perdedor: el ciudadano que no vio más que patadas y jalones de camiseta. ¿Propuestas?: tendrá que seguir esperando tiempos mejores. Como dijo el mismo AMLO, tiene que pasar algo grave para que no gane el que lleva tantos puntos arriba y sigue creciendo con debates donde el centro es el ataque. Por eso, el Tío Dardo dice que es mejor ver un partido que un debate donde la pelota no es bien tratada.

(*) Es life coach, técnico y licenciado en Comunicación Social, con postgrado en Opinión Pública por FLACSO y diplomados en La Salle Cancún. Trabajó en El Siglo de Tucumán, Argentina; agencia EFE México, Luces del Siglo y Periódico Quequi. Fue director de Comunicación Social en Benito Juárez, Cancún.

 

Co-Fundador de Revista Dos Puntos y director general de Grupo Pirámide.

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