Desinformación panista, escribe Julio César Silva desde el Palco

En plenas vacaciones de verano Holbox dio a todo mundo una alarmante muestra de las consecuencias de un desarrollo sin planeación, alejado de la sustentabilidad.

Los servicios de agua potable, drenaje y electricidad colapsaron, pues la infraestructura instalada es vieja, en su momento se instaló para las necesidades de un pueblo de pescadores y nadie reparó, o al menos se hicieron de la vista gorda, que la llegada de inversiones turísticas y de miles de visitantes hacían necesario ampliar la capacidad y modernizar esos servicios.

Nada está resuelto en esa isla. Tan solo se le dio un analgésico y se le colocó un paño húmedo en la frente para aguantar la crisis y quizá irla pateando unos años más, como lata de refresco en la calle.

Pero Holbox no es el único pueblo que se hizo turístico sin estar preparado para ello.

Durante muchos años se intentó que Bacalar despuntara en la industria turística y después de mucho esfuerzo ha dejado de ser solo el sitio de veraneo de enriquecidos políticos del sur del estado –de todos los partidos políticos-, para erigirse en un destino de moda, donde la renta de casas alcanza cifras estratosféricas y una noche de hotel puede superar con mucho los precios que se cobran en el mejor centro de hospedaje de la Riviera Maya.

Sin embargo, ese crecimiento tiene también sus riesgos. Hay reportes de especialistas que afirman que la famosa laguna de los siete colores de Bacalar tiene signos de azolvamiento y su contaminación es evidente.

Además, el crecimiento urbano que registra Bacalar desde hace varios años y que continúa es un riesgo para la propia laguna y los humedales que la rodean.

Veracruz era una ciudad rodeada por casi 200 lagunas, según relatos históricos, pero actualmente sólo existen 30 y están en riesgo de desaparecer, amenazadas por el voraz crecimiento de la mancha urbana.

Por eso son innumerables las voces que piden la inclusión de varias de esas lagunas y los humedales adyacentes sean protegidos con base en la Convención de Ramsar, un tratado internacional que tiene la misión de la conservación y el uso racional de ese tipo de recursos naturales.

Los objetivos de la Convención de Ramsar, que toma su nombre de una ciudad iraní, es la conservación y uso racional de los humedales mediante acciones locales, regionales y nacionales y la cooperación internacional, como contribución al logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo.

Desde 2014 el gobierno de México solicitó la inclusión de Bacalar a esa convención.

De hecho, el país ocupa el segundo lugar en número de sitios Ramsar a nivel mundial. Incluso, el sistema laguna Nichupté rodeado de hoteles, marinas y grandes complejos residenciales está en esa lista desde 2008.

A pesar de la intensa presión por parte del desarrollo turístico en las zonas que rodean al sito, las medidas de protección, conservación y manejo realizadas por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y el área natural protegida han permitido que se mantengan las características ecológicas que permitieron que el humedal fuera designado como Sitio Ramsar.

Eso es justamente lo que se pretende con Bacalar: tomar acciones que preserven en las mejores condiciones posibles sus recursos naturales. No cancelar las posibilidades de desarrollo o la posibilidad de su aprovechamiento económico.

Sin embargo, en el PAN, donde sus diputados y dirigentes acostumbran realizar declaraciones desinformadas, afirman que la pretensión de convertir a Bacalar en un sitio Ramsar “es una iniciativa promovida, pero sobre todo financiada, por desarrolladores turísticos y empresarios hoteleros de la Zona Norte, que ven como gran amenaza, la detonación de los atractivos de Othón P. Blanco y Bacalar”.

Eso es lo que dice Mario Rivero Leal, secretario general del PAN que, muchos políticos del sur del estado, cuentan con propiedades alrededor de la laguna que seguramente quieren desarrollar sin control alguno.

Contra lo que afirma Rivero Leal, la inclusión de Bacalar a la lista de sitios Ramsar no se contrapone a la actividad turística. Esa convención sólo busca preservar en sus actuales condiciones a lagunas y humedales de importancia internacional.

Allí está el caso de la laguna Nichupté, donde sigue incesante la actividad turística, pero con acciones específicas para su restauración y conservación, de las que se careció durante muchos años.

Diputados y dirigentes panistas deben informarse mejor para hacer declaraciones responsables, objetivas, pero les gana el protagonismo. Sólo ven una grabadora y quieren comerse el mundo a base de salivazos. No les importa hacer el ridículo, sólo escucharse en la radio y verse en los periódicos y la televisión.

Hay que ser serios.

 

Correo: jsilva@palcoquintanarroense.com.mx

Twitter: @JulioCsarSilva | @PalcoQR

 

 

 

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