SQCS: El deber ser, expone Luciano Núñez

En el auditorio de la Universidad Modelo, campus Chetumal, se desarrolló ayer el foro “Medios Masivos y Responsabilidad Social”, al que acudieron autoridades de enlace del gobierno entrante para recoger la exposiciones que allí se formularon y que, según adelantó la responsable de enlace de medios, Haidé Serrano, serán tomados en cuenta a la hora de elaborar las nuevas políticas de medios y del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social.
Entre los expositores estuvo el coordinador de Quequi Zona Sur, Luciano Núñez, también director de Revista Dos Puntos; el columnista Javier Chávez, David Moisés Acosta, Herlindo Vázquez, Carlos Chablé, Ricardo Chan Ek, Bernardo Caamal Irzá, Felipe Hernández García, Ronaldo Bucio Baena y Fidel Salamanca, quienes expusieron sus análisis y propuestas sobre cuatro ejes: Una concepción homogénea sobre el S.Q.C.S.; Una comunicación social con miras al futuro; Medios masivos VS redes sociales; La comunicación del Estado y su responsabilidad social y Credibilidad, opinión pública y la construcción de la reputación del gobierno.
Uno de los temas más abordados fue el Sistema Quintanarroense de Comunicación Social, al que urgieron desde diferentes participaciones, retomar sus líneas trazadas en el Decreto de Creación, modernización, y capacitación, entre otros puntos.
María Urzaiz Duch, directora de la universidad anfitriona, agradeció tanto la participación de los expositores, como la asistencia de profesionales de los medios, como la escritora y conferencista Cecilia Lavalle y Margarito Molina, entre otros.

AQUÍ LA PONENCIA DE LUCIANO NÚÑEZ

Ante todo, muchas gracias a Universidad Modelo por ser la casa que hoy nos acoge con esta grata invitación; por supuesto, a las autoridades electas y entrantes al gobierno constitucional de Quintana Roo por organizar este foro; y de esta manera marcar un cambio en la construcción de una comunicación que abone al crecimiento del tejido social y al fortalecimiento de la democracia. En ese sentido, los medios de comunicación tenemos una gran responsabilidad en esta tarea de informar y formar opinión desde nuestros espacios, haciendo buen uso de las herramientas comunicaciones y nuevos soportes que han crecido en los últimos años. Pero lo es más imperioso es la plataforma que transita el estado en toda nuestra bella y extensa frontera: El Sistema Quintanarroense de Comunicación Social.

PRODUCCIÓN DE SENTIDOS

Recientes teorías de la Comunicación, como las de Eliseo Verón, afirman que la comunicación no es un proceso estático y está intrínsecamente relacionada con la “producción de sentidos”. Cada emisor tiene una “intencionalidad” en lo que desea comunicar; así, desde las comunicaciones interpersonales, hasta las que podríamos denominar macro-comunicaciones del Estado, tienen un objetivo claro. Pero, ¿Qué sucede cuando, desde el origen, la intencionalidad en la comunicación son contrarias a la naturaleza y razón de ser de estas instituciones?

En ese sentido, el Sistema Quintanarroense tiene objetivos muy claros para su correcto funcionamiento sintetizados en su Decreto de Creación que dice en los Principios Fundamentales: “elaborar, producir y transmitir programas que promuevan el desarrollo del Estado, difundan las acciones y obras del Gobierno, sus bellezas naturales y turísticas, así como su historia y sus manifestaciones artísticas y culturales, que estimulen la conciencia cívica fortaleciendo la identidad de los quintanarroenses, propugnando por la integración social y política de Quintana Roo”.

Sin embargo, hemos visto en los últimos años que los resultados de trastocar la esencia de las instituciones, cuando no abonan a futuros prometedores ni al desarrollo humano; cuando la verdad está trastocada bajo intereses muy particulares; y cuando no se antepone la verdadera función de una institución estatal y se privilegian intereses efímeros e insustanciales, el resultado es la división social y la confrontación permanente.

¿Qué impacto tiene esto en el plano social y comunicacional? Sencillamente, creemos desde Revista Dos Puntos, que desatender esta producción de “sentidos” y contenidos desde el Estado (aunque el Sistema sea un organismo descentralizado), desemboca en un mal antecedente para las demás plataformas informativas y comunicacionales, que seguramente, tomarán como parámetro para sus prácticas cotidianas. De ahí, justamente la importancia de empezar por desempolvar el “Manual de Funcionamiento” de este organismo;  cuya piedra basal es el Decreto de Creación;  que en todo caso, deberá ser actualizarlo y mejorado, teniendo en claro que su función es intrínsecamente diferente a la de los medios de comunicación tradicionales, tanto en sus fines económicos como culturales. Y teniendo en claro que, de ninguna manera se trata de una empresa periodística, ni una plataforma de golpeteo ni diatribas. E insistimos: El eje rector del Sistema no debe ser otro que su Decreto de Creación que, aunque escueto, es la piedra angular para crecer, y concentra distinguidas políticas para hacer aquello que nos une y nos da identidad.

EL artículo 9 nos ilumina sobre lo que debe ser, en ese aspecto, el Sistema. “Las estaciones de radio y televisión dependientes del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social tienen la obligación de emitir programas que se mantengan dentro de los límites del respeto a la vida privada, a la dignidad personal y a la moral, sin atacar los derechos de terceros ni provocar la comisión de algún delito o perturbar el orden y la paz públicos”.

Por otro lado, no se haría justicia a esta Institución decir que todo el panorama es oscuro, dado que ha desempeñado una alta y loable tarea en las alertas de huracanes y contingencias civiles, al mantener bien informada a la ciudadanía; en ese aspecto, ha brillado y sido una herramienta vital para alertar, proteger y orientar a la ciudadanía en fenómenos meteorológicos que trastocan la vida de la ciudadanía; un claro ejemplo del buen uso de esta plataforma al servicio de la gente.

Los medios de comunicación son el terreno de profundos cambios en los últimos años; sobre todo en la comercialización e inmediatez con la que circulan los contenidos. En este aspecto, el no contar el Sistema con señal de Alta Definición, representa una competencia desigual frente a otras ofertas,  aunque muy escuálidas en sus contenidos, con superior definición y en situadas en esta era HD.

No debo dejar de mencionar las precarias condiciones de no pocos trabajadores, que adolecen de falta de Seguridad Social y de herramientas indispensables para el normal desarrollo de esta actividad informativa. Trabajar en mejorar, debe empezar por su gente, claro está, hacedora de esta magia cotidiana que es comunicarnos, informarnos y entretenernos.

Por otro lado, no debo desaprovechar esta oportunidad para recordar que los municipios tienen un espacio en el Sistema, según el artículo 7 del Decreto de Creación, cuya fracción IV, dice: “Se coordinará con las dependencias de la Federación, del Gobierno del Estado, y con los Municipios de la Entidad, para difundir programas y acciones que estas entidades, dentro de su ámbito de competencia, consideren convenientes para el desarrollo del Estado de Quintana Roo”.

Para finalizar, diré que en sus planteamientos primigenios el órgano más importante de Comunicación decía: “las ideas, la libertad de prensa, y el derecho de información y de expresión fundan y motivan las acciones del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social”. En la realidad, aquello parece que sólo quedó en tan luminosos cimientos.

Qué proponemos desde nuestra experiencia:  Que el Sistema Quintanarroense retome su espíritu fundacional, cultural y constructivo; que el Consejo Consultivo, como órgano asesor y rector, integrado por todos los sectores gubernamentales y no gubernamentales, sea puesto en práctica de la manera más urgente, respetando los espacios asignados desde su creación. Que dicho órgano pueda sancionar, incluso, las malas prácticas y vigile su desarrollo; y que en vez de una sesión al año, sea una vez al mes.

En Conclusión, está claramente establecido el sentido que debe tener el Sistema como medio descentralizado de gobierno. Es imperioso que este espacio retome el diálogo respetuoso y, por qué no, aunque crítico, con ánimo constructivo para la proliferación de ideas y pensadores, que tanta falta nos hacen para reconstruir lo que está dañado. Las palabras mitigan, consuelan, salvan, inspiran; pero también traman y dañan causan dolor. Y es el Estado, en alianza con la ciudadanía, el que debe unir a la sociedad desde adentro, y con todas sus herramientas.

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