Quintana Roo bajo la mirada del mundo arqueológico y antropológico

CANCÚN, Quintana Roo, 15 de mayo.— Quintana Roo atrajo esta semana los reflectores del mundo arqueológico y antropológico, primero por el hallazgo de Noh Kah (Gran Ciudad), zona arqueológica localizada en el ejido Botes-Rovirosa, al sur del Estado, y hoy por la noticia sobre el descubrimiento de un esqueleto humano en el sitio arqueológico Hoyo Negro, ubicado en una cueva inundada en el municipio de Tulum, fechado en laboratorios de Estados Unidos y Canadá con una antigüedad de entre 13 mil y 12 mil años.

El esqueleto, de acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), pertenece a una joven de entre 15 y 16 años que murió dentro de una cueva localizada en Quintana Roo, inundada después de la última glaciación que finalizó hace unos 10,000 años. Los restos confirman que se trata del esqueleto más antiguo del Nuevo Mundo, bautizados como la “Joven de Hoyo Negro” o “Naia”, hecho que será dado a conocer en la prestigiada revista Science.

De acuerdo con el INAH, para lograr un fecha precisa de “Naia” los científicos realizaron análisis de ADN mitocondrial (en cuyo código genético se pueden rastrear linajes muy antiguos en el tiempo), Carbono 14 y Uranio/Torio.

La edad del esqueleto fue confirmada además por otros análisis realizados en semillas, carbón, guano de murciélago frutero, racimos de calcita y espeleotemas, y tomando en cuenta aspectos de la formación del sitio y medición de los cambios en el nivel del mar, que durante la edad de hielo era por lo menos 120 metros más abajo que el actual.

El Gobernador recordó que no es la primera ocasión que en Quintana Roo se localizan restos humanos con antigüedad milenaria. Anteriormente, hace unos 3 años, el INAH anunció el descubrimiento de uno de los esqueletos humanos más antiguos de América, con más de 10 mil años, que se localizó en un cenote cercano a la zona arqueológica de Cobá y fue bautizado como “El joven de Chan Hol”.

Subrayó que el “Joven de Chal Hol” y los esqueletos de la Mujer de Naharon, La Mujer de las Palmas y El Hombre del Templo, descubiertos también en el interior de cuevas inundadas ubicadas en los alrededores de Tulum, se consideró pieza clave para entender el poblamiento de América con migraciones provenientes de Asia.

La osamenta de Chan Hol fue rescatada por un grupo de expertos encabezados por el biólogo Arturo González, coordinador del proyecto “Estudio de los Hombres Precerámicos en la Península de Yucatán”.

Sin embargo, según la arqueóloga Luna Erreguerena, subdirectora de Arqueología Subacuática del INAH, el descubrimiento de “Naia” coloca a México “en una posición sobresaliente respecto a la gran oportunidad que Hoyo Negro ha abierto para resolver cada vez con mayor claridad el vínculo existente entre los primeros pobladores de América y los grupos indígenas actuales. Pero también nos coloca en una posición de gran responsabilidad y compromiso.”

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